Los bulos (hoax) en Internet
Hay mensajes que parecen inmortales. A veces resurgen en WhatsApp, otras en Facebook o TikTok, con una nueva imagen, un texto ligeramente distinto… pero el mismo tono alarmista: “Cuidado con el nuevo virus que roba tus datos”, “Reenvía esto antes de que borren tu cuenta”, o “Mañana habrá apagón mundial, prepara agua y velas”.
¿Te suenan? Probablemente sí. Son los bulos reciclados, viejas mentiras que Internet rescata cada cierto tiempo para volver a confundirnos.
El regreso del “reenviado muchas veces”
Antes, estos mensajes llegaban por correo electrónico. Hoy viajan más rápido que nunca gracias a los grupos de WhatsApp o Telegram. Un clic basta para que un rumor llegue a cientos de personas. Y aunque muchos ya hemos aprendido a desconfiar, siempre hay alguien que lo reenvía “por si acaso”.
El miedo, la sorpresa o la indignación son emociones que impulsan a compartir sin pensar demasiado. Los creadores de bulos lo saben, y por eso diseñan sus mensajes para provocar reacción antes que reflexión.

Viejas mentiras con cara nueva
Lo curioso es que muchos bulos no son nuevos: simplemente se actualizan.
- Donde antes se decía “Hotmail cerrará”, ahora leemos “tu cuenta de Gmail será desactivada si no verificas tus datos”.
- El “virus informático mortal” se convierte en una “nueva estafa bancaria”.
- Y el “Facebook será de pago” reaparece cada año, adaptado a la red social de moda.
La historia cambia de escenario, pero el guion es el mismo: algo malo está por pasar, y tú debes actuar rápido (reenviando, claro).
Cómo detectar un bulo reciclado
Con un poco de práctica, es fácil identificar estos mensajes:
- No citan fuentes oficiales. Si no hay enlaces a medios reconocidos o sitios verificados, desconfía.
- Usan lenguaje emocional. “¡Urgente!”, “¡Comparte antes de que lo borren!”, “¡No quieren que se sepa!”.
- Tienen errores o imágenes confusas. Los detalles importan: un logo antiguo, una fecha vaga o un enlace sospechoso suelen ser señales de alerta.
- No tienen contexto. No se dice cuándo ni dónde ocurre exactamente lo que se denuncia.
Antes de compartir, vale la pena buscar en sitios como Maldita.es, Newtral o Snopes, donde muchas de estas historias ya han sido desmentidas (varias veces).
El antídoto: pensar antes de reenviar
No podemos evitar que los bulos existan, pero sí podemos frenar su propagación. Cada vez que alguien verifica antes de compartir, el ciclo se debilita. Es como cortar una cadena antes de que siga creciendo.
En tiempos donde la información se mueve más rápido que la reflexión, nuestro sentido crítico es el mejor filtro.
Así que la próxima vez que te llegue un mensaje sospechoso, respira un segundo antes de reenviar.
No te precipites. Tómate un minuto para buscar, leer y pensar.
A veces, el mejor clic que puedes hacer es no reenviar.
Quizás esa mentira ya vivió —y murió— hace años.
«Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil.»
(Santiago Rusiñol i Prats)


